Corazones, Chicles y Envolturas

Cada corazón es un problema y no todos tienen solución, ya sabe de forma subjetiva, como siempre debe verse, porque la razón no siempre aplica, la razón falla, el sentido común se vuelve un chicle descolorido y desabrido , la lógica se esconde entre los ojos, los argumentos expuestos en orden nos hacen ver todo tan claro, tan obvio... tan expuestos a no ser  más de lo que son, que sólo nos reducen el espacio donde podemos desenredar el problema, donde podemos desbaratar cada letra o cada imagen que lo componen. 

Pienso, el corazón es un gran dilema de magnitudes desconocidas, nadie quiere abandonar sus miedos, tan de repente, en realidad no tendríamos el valor. Imaginarnos así, vacíos de todo límite, de todo temor... tan dispuestos a todo como si nada, como si no hubiera grado de  tolerancia (o intolerancia debería decir) de nosotros para nosotros mismos. 

Uno, cree, piensa en qué hará si los problemas acaban, pero la verdad no tendríamos mucho que hacer, tal vez no tendríamos ya nada en realidad. Siempre buscando el estado perfecto de nosotros y en los otros, queremos cambiar todo lo que se nos presenta, o bien solucionar lo que creemos es un problema. Incluso lo ya solucionado, pasará a otro nivel de ejercicio en busca de pros y contras... buscaremos lo que está "mal" y bueno, lo que está "mal" se soluciona, vamos es un problema... ¿o no?

Todo creo yo se sale de su lugar en algún momento, y resulta que es porque el lugar ya es insuficiente para ese "todo"... tal vez el lugar sea bueno, sea perfecto, como envoltura de chicle (es chicle de arriba) antes de masticarlo y extraer cada partícula de sabor y deslavar su color original, antes de eso la envoltura era el lugar perfecto, pero después el chicle ya no parece pertenecer a la envoltura... es curioso pero en algunos casos la envoltura tiene un destino privilegiado, ya sabe, quizá sea guardada perfectamente doblada en alguna cajita de recuerdos, o será el separador de un libro, tal vez encuentre otro propósito, puede que a alguien se le ocurra guardar en ella algunos alfileres o estampillas (bueno, sólo si son estampillas muy pequeñas y si es que alguien aún usa estampillas)...pero el chicle, ese ya no tiene nada que ofrecer, se vuelve una masa amorfa, inútil y pegajosa, que por el contrario alguien sin sentido de respeto tirará en donde se le venga en gana.

Esto de la envolturas no es cosa nueva, (en realidad nada es nuevo)... sólo digo que todo se divide en un problema, un problema de espacios, de forma, de contenido, estructura, medios y de tiempo, sobretodo de tiempo.

El corazón es todo eso, es el que forma, contiene, es la estructura que reconstruimos a través del tiempo con los materiales (medios) que encontramos o reutilizamos en la mayoría de las ocasiones porque no nos queda de otra, inventamos herramientas y reciclamos partes de otras partes de nosotros para mantener la máquina funcionando, a veces funciona a toda capacidad, en otras apenas y quiere arrancar, pero ahí está, no nos deja solos.

Sí, el corazón es un problema... una maraña de interpretaciones, de posibilidades, dilemas, subjetividades, y objetividades... un silencioso caos, un charco que se vuelve de vez en cuando un océano, es la tempestad dormida de nuestras vidas... en términos no poéticos es la aleación (por aquello que algunos tienen corazón de metal) del chicle y la envoltura... indivisible, uno entre el otro y viceversa. 

En fin, hay problemas que se resuelven a ellos mismos, sin intervención, o sin la forzada intención de nosotros por hacerlo... y también existen problemas que deben seguir así... nos mantienen en el mundo de los acertijos, de los descubrimientos, de las posibilidades... y las emociones son eso, un problema de larga duración, lo que marca una diferencia es nuestro entendimiento y manera de viajar a través  de ellas y sus problemáticos desenlaces o nuevos comienzos.


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