Hacer
Cantar. Cantar bien, cantar mal, pero hay que cantar. Soñar. Soñar siempre, con los ojos abiertos, con los ojos cerrados. Querer. Si se quiere poco, que con el tiempo se aprenda a querer más. Delirar e imaginar. Imaginar hasta delirar. Ser azul, ser rosa, ser violeta... ser púrpura también. Mover los músculos engarrotados y sonreír. Sonreír mucho, bastante, demasiado por siempre en exceso. Llorar hasta sentir secarnos, llorar hasta sentir el hueco en el estómago, ese que no es por hambre sino por cansancio. Correr aunque no sepas cómo. Correr sí, pero antes caminar. Viajar entre el ayer y el mañana, pero viviendo el hoy. Tenerle cariño a las manchas, a las rayas y a los círculos también. Respirar lento y muy rápido también. De vez en cuando guardar silencio. De vez en cuando que el silencio se guarde algunos secretos. Secretos propios y ajenos por todas partes. Tener malestares de todo tipo para entretenernos. Buscar bastante y no encontrar nada luego. Encadenarse a nada. Aunque nada es bastante. De lo bastante poco, poco para que nos alcance a todos. Besar y abrazar, no siempre en ese orden, no siempre las dos acciones, pero de entre las dos... abrazar nunca estará de más. Tendremos mucho, tendremos poco, por lo regular siempre creemos que tenemos poco. Hay que convencer, no importa si no estamos convencidos y así ya estamos vencidos por no creer en nosotros mismos. Siempre entre rostros, entre manos, entre pasos, entre todos. Entre todos nos perdemos. Nos perdemos con la finalidad de encontrarnos... con qué o con quién es más difícil saber. Ya sabe, suponer con la finalidad de evitarnos preguntar y por eso casi siempre hacerlo mal. Tener un perro o un gato, una tarántula también puede ser. A veces tener los tres. De vez en otro cuando tener una fantasía, pequeña, mediana, grande. De preferencia mediana, así no robará tanto tiempo. Hacer un mapa de donde ha estado, no de dónde quisiera estar. No hablar mucho de eternidad si no ha perdido partes de su alma. Dividir el alma, dividir para vencer. Soledad necesaria, soledad con luz y en tinieblas, un abismo necesario, un lugar hambriento. Aquí, allá, dónde, cuándo... mucho acento. Levantar las alas. Volar despacio, volar y observar.
Pero yo digo, cantar... cantar mucho, que aunque se escuche mal se siente bien. Se siente. Sentir... hace falta sentir.
Comentarios
Publicar un comentario