Noche...
Otra noche, y los amantes del noctambulismo andamos entre música, platicas y uno que otro recuerdo. Porque no hay nada que iguale el ambiente secreto que la noche ofrece, será la quietud, será el momento olvidado del día, será un espacio en el tiempo que sólo nos pertenece para recrear y estructurar el día de mañana... no lo sé.
Pero qué noches, noches desiertas y tranquilas, de bullicio, de silencio... de amigos que te leen, de amigos que te escuchan, entre que haces y no haces nada, sólo y exclusivamente desvelarte... y ha de ser que todo se vuelve prometedor, las ideas se sienten vivas, caminan solas, se desarrollan y en algún punto nos hacen a nosotros y nosotros no las hacemos a ellas.
Así es la noche, con su esmog en pausa, sus estrellas lejanas, su Luna oculta o presente... con su cielo azul profundo...
Claro, la noche que promete reparar ánimos abatidos, descompuestos y mal trechos, sí, la noche...
La noche para dormir, para pensar, para olvidar... pero usualmente es para recordar... únicamente y de forma obligatoria para recordar...
Maybe...
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